· “Ciudad Juárez, lacerada y triunfante”. Javier Corral Jurado. El Universal Pág. 16. 27/May/08
· «Se expande zona de influencia del narco en el país». Silvia Otero. El Universal Pág. pp/11 01/Jun/08
· “El narco recluta indocumentados para la compra masiva de armas en Estados Unidos”. Daniel Blancas Madrigal. 31/May/08
· “Lo que los mexicanos puedan aprender de los italianos”. Ralph Blumenthal. El Mundo
“Ciudad Juárez, lacerada y triunfante”. (El Universal ) 27 de mayo de 2008
Javier Corral Jurado
Este fin de semana estuve en Ciudad Juárez, y me tocó presenciar dos escenarios contrastantes de su difícil momento actual. Me estruja mi tierra, entrañable en todas las facetas de mi vida; me duele su rostro lacerado ante la nación por la violencia criminal de las mafias del narcotráfico; siento su corazón dolorido en las angustias de mi gente.
No se escapa la altiva y franca tierra del norte del terror que buscan generar con sus crímenes los narcotraficantes, que se pelean el control de esa plaza clave, principal plataforma de exportación de componentes eléctricos que se maquilan en la frontera, y de toneladas de mariguana y cocaína que se empaquetan ahí y que consume un vasto sector de la sociedad de EU.
Viernes y sábado la ciudad fue presa del miedo, las calles se observaron desiertas, los comercios cerraron temprano —se registró un decremento histórico en las ventas—, lugares de diversión no abrieron, se suspendieron eventos, se pospusieron importantes reuniones de negocios y entre los cárteles hubo una nueva dosis de crímenes. El fin de semana estuvo precedido por una serie de correos electrónicos que advertían de esa nueva ola de asesinatos, entre ellos, dos policías más; 360 muertes violentas en 2008. Por supuesto, la gente se quedó en su casa.
Luego, en menos de que cantara un gallo, miles de juarenses salieron a festejar que el equipo de futbol Indios de Juárez pasara a Primera División, luego de vencer al León, en su propia tierra, en la final del domingo. El triunfo de un equipo que los juarenses han hecho propio, de un deporte que la migración trajo y la ciudad va haciendo suyo —en el norte somos más beisboleros—, ha podido sacar de sus casas a una población asustada; de las casas donde quietos y expectantes los quieren los capos del narco.
Lacerada, la ciudad quiere triunfar sobre el miedo, porque en las épicas gestas de sus luchas permanentes sabe que cuando eso sucede la libertad comienza. Es lección de vida, pero también una lección para los gobernantes: en el valor de sus decisiones para enfrentar a los narcos y en la profundidad de sus respuestas a los problemas sociales estará el éxito del esfuerzo que combate al mal y la injusticia para edificar el bien común.
No es cuestión sólo de policías y soldados custodiando la ciudad; se requiere atender a una ciudad que lleva décadas reclamando una mejor repartición del ingreso fiscal, más obras de infraestructura y servicios públicos dignos. Una ciudad a la que durante mucho tiempo se le han negado los goces espirituales de la cultura intelectual y física, regateándole apoyo a sus creadores, artistas y promotores deportivos. No sólo de la maldad innata toma la delincuencia sicarios para sus horrores; los “rescata” del ocio, los construye en la pobreza, en la marginación, en el abandono, la humillación, en el contraste de una ciudad que posee algunas de las residencias más lujosas del mundo, rodeada de los cinturones de miseria más inexplicables, colonias populares aún sin agua potable.
Ciudad Juárez necesita una mirada más profunda, más allá de lo militar y lo policiaco. Y claro, ser escuchada; la tradicional lucha contra el centralismo que se acuñó en la poesía coral desde que éramos estudiantes de la secundaria, bajo la motivación del profesor Rodolfo Machado, que adaptó a nuestra realidad fronteriza un enérgico llamado: “México, escucha: en algún punto cardinal del mapa, aprisionado por la geografía, en la desolación de tus fronteras, a la intemperie de 50 grados de un calor que florece algodonales, cerca del Bravo que le corta el agua, lejos de tu interés, de tus sobornos y de tu Torre Latinoamericana, hay un pueblo que lucha y que trabaja, y envía los impuestos de tus lujos, aun haciéndole falta a su agonía, el agua que te sobra de la lluvia”.
Otro profesor juarense que aportó luces brillantes y esfuerzos generosos a la construcción de instituciones educativas y culturales en el México posrevolucionario, don José U. Escobar, escribió en 1923: “México asoma su ensangrentado cuerpo entre luminosas vibraciones intelectuales. Es necesario intensificarlas, convertirlas en radiaciones potentes y llevar hasta los espíritus más pesimistas el conocimiento de la capacidad mental y del sentimiento artístico del pueblo de México. Campeones de la cultura física —cultores de la belleza— dejaríamos de cumplir nuestra misión si no proclamásemos y defendiésemos al mismo tiempo la energía física y la fuerza intelectual. Así organizados, regeneraremos los organismos debilitados y seremos un punto de apoyo para la inteligencia”.
Profesor de la FCPyS de la UNAM
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«Se expande zona de influencia del narco en el país» (El Universal Pág. pp/11)
Silvia Otero
Violencia, por la ruptura de límites, señalan PGR y SSP
Informes más recientes de la PGR y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal señalan que prácticamente en todo el país operan células de los cárteles de Sinaloa, Juárez —aliados en La Federación—, del Golfo y Tijuana, que controlan el narcotráfico en México.
Los centros de operaciones históricos de poder, señalan, siguen siendo Baja California, Sinaloa y Tamaulipas.
Sin embargo, en los últimos años se han sumado a esta lista zonas de la geografía nacional que antes no figuraban en su mapa de influencia, como el Distrito Federal, Hidalgo, Aguascalientes y Tabasco.
En los reportes oficiales se reconoce que precisamente la ruptura de los límites de las áreas de operación de los cárteles, que antes se respetaban, forman parte de las disputas y ola de violencia que protagonizan desde 2006, para defender lo que consideran sus territorios, incluso contra las fuerzas del Estado.
Narcos arrasan nuevas plazas
Aun cuando algunos estados son sus sedes emblemáticas, los tres principales cárteles invaden territorios de los otros en busca de mantener sus mercados en EU. Dichos actos son otra de las causas de la ola ejecuciones y de violencia que azota al país
Todo México es territorio del narcotráfico, ya que prácticamente en cada entidad operan células de las tres principales organizaciones que controlan el trasiego de droga al mayoreo y las redes de venta al menudeo: La Federación —alianza entre los cárteles de Sinaloa y Juárez— así como los del Golfo y de Tijuana.
En la geografía de los narcos, hay entidades que aún son emblemáticas como centro de operaciones o sus bastiones históricos de poder como Baja California, Sinaloa o Tamaulipas. A esta lista se han sumado en los últimos años zonas que antes no figuraban en su mapa como el Distrito Federal, Hidalgo, Aguascalientes o Tabasco.
Así lo revelan informes recientes de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal; ambas reconocen que la ruptura de los límites de las áreas de operación de los cárteles, que se respetaban antaño, forma parte de las disputas y la ola de violencia que protagonizan desde 2006, para defender lo que consideran sus territorios incluso contra fuerzas del Estado.
Sin embargo, para los líderes de estas bandas, el país ya no es suficiente para sus operaciones y mantener sus mercados de distribución de droga en los Estados Unidos, por lo que han extendido sus actividades al extranjero.
En países como Guatemala, Honduras y Nicaragua, se confirma la existencia de células de narcotraficantes mexicanos que buscan controlar ahora las rutas de los cargamentos de droga, además de las alianzas que han concretado con los capos de Colombia, para garantizar el abasto de estupefacientes que tienen como destino el mercado estadounidense.
Por ejemplo, Guatemala ha documentado la presencia de Miguel Ángel Treviño, El 40, uno de los principales operadores del cártel del Golfo; mientras, autoridades hondureñas reconocen tener indicios de la presencia de Joaquín El Chapo Guzmán, el jefe de La Federación.
Se extiende el narco
Hasta 2007, segun reportes de la PGR, el cártel del Golfo tenía influencia en 13 estados, como Michoacán, aunque su bastión es Tamaulipas, donde sus principales células se ubican en Nuevo Laredo, Miguel Alemán, Reynosa y Matamoros.
Sin embargo, en el mapa no aparece Guerrero, donde las autoridades federales han reconocido operaciones de Los Zetas y que es un territorio que se disputa con los sicarios de La Federación desde hace dos años, por lo que ha sido también escenario de ejecuciones y decapitaciones como en Michoacán.
Entidades como Hidalgo, que tampoco figuraban en este escenario, se han convertido también en zona de influencia de esta organización, como se confirmó en junio de 2007, cuando fue detenido Luis Reyes Enríquez, El Rex o Z-12, quien también operaba en el DF.
Lo mismo ha ocurrido con la llamada Federación. Según los mapas de la PGR, tiene influencia en 17 entidades, aunque su poder se ha fortalecido con su alianza al cártel de Juárez, por lo que a su zonas de operación se han sumado Chihuahua, Coahuila, Guanajuato y Oaxaca, que oficialmente eran parte de los 21 estados con presencia la banda de los Carrillo Fuentes.
El DF que era considerado ruta de paso para el trasiego de droga, se ha vuelto zona clave para este grupo criminal que lidera El Chapo Guzmán, donde en los últimos meses de este año se ha confirmado la presencia de células armadas, que trabajan directamente desde la capital, al servicio de los principales operadores del cártel: los hermanos Arturo y Héctor Beltrán Leyva.
Aunque también en la ciudad de México se ha asegurado a importantes narcotraficantes como Sandra Ávila Beltrán, La Reina del Pacífico, y Juan Diego Espinoza Ramírez, El Tigre, quienes fungían como enlaces de los narcotraficantes mexicanos de distintos cárteles y los proveedores de droga de Colombia.
La presencia de estos capos en el DF confirma un reporte de la PGR, que indica que la capital se ha vuelto estratégica para los narcos, pues por sus características es propicia para que operen sin ser detectados, por lo que es su centro de reuniones para concretar sus negocios.
En este escenario, incluso entidades como Aguascalientes no se sustraen del narco. Esta zona —considerada hasta 2007 por la agencia antidrogas de EU como una región en la que no operaban cárteles— el 14 de febrero de 2007 fue marco de una balacera entre sicarios, que dejó cuatro policías muertos, en la disputa por el territorio.
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“El narco recluta indocumentados para la compra masiva de armas en Estados Unidos” 31/May/08
Daniel Blancas Madrigal
Inmigrantes mexicanos y de otros países, organizados en bandas, están involucrados con el tráfico de armas hacia nuestro país. Esta denuncia es parte de un informe entregado por autoridades estadunidenses al Procurador General de la República Eduardo Medina-Mora.
La dependencia federal anunció hace unos días que el 97% de las más de 15 mil armas aseguradas en el último año y medio provienen de Estados Unidos. De acuerdo con el reporte se han encontrado casos de connacionales, con documentación en regla y algunos hasta residentes, dedicados al reclutamiento de inmigrantes —principalmente de origen mexicano y centroamericano—, a quienes ocupan para la compra de armas tanto en almacenes legales como en otros que operan sin licencia. Con el reclutamiento de cientos y miles de inmigrantes se forman redes de compra de armas que después se entregan a los jefes o reclutadores de esta estructura criminal. Son éstos, de acuerdo con la PGR, quienes se encargan de venderlas a los líderes del crimen organizado en México por cuatro o cinco veces más de su precio original. Un cuerno de chivo, que en un almacén puede adquirirse en 500 dólares, puede venderse al narco hasta en dos mil dólares. Una caja de balas de 30 dólares se revende hasta en 150. De acuerdo con la información entregada a la Procuraduría, se sigue la pista a estructuras de este tipo en los estados de Florida, California, Arizona, Texas y Washington. Se indica que el tráfico de armas, principalmente de guerra, se realiza por narcotúneles, embarcaciones, aviones, dobles fondos de automóviles y por personas que atraviesan a pie la frontera. Hace un mes la Procuraduría de Arizona aseguró alrededor de mil 500 armas de alto poder en un almacén. Se logró la detención del abastecedor —que está bajo vigilancia— y se comprobó que dos mexicanos eran los encargados de enganchar a los inmigrantes para la compra masiva de armamento. Según datos de la PGR este almacén vendió en menos de un mes 200 rifles de asalto AK-47 que terminaron en manos de los cárteles de la droga mexicanos. El 3% restante de las armas decomisadas durante la gestión calderonista, según la dependencia, provienen de diversas partes de Sudamérica y Europa.
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“Lo que los mexicanos puedan aprender de los italianos” El Mundo
Ralph Blumenthal
El título en The New York Times, que en 1984 por la mañana fue macabro, si no involuntariamente hilarante: «Desconocido brazo de la mafia siciliana es descubierto en Estados Unidos.»
El brazo en cuestión no era una parte del cuerpo, sino más bien de una célula en el exterior de un penal italiano, submundo de explotación, junto con su bien conocida homóloga americana – La familia Bonanno de Brooklyn -. A través de frentes de barrio en todo el país, los italianos se habían apropiado de miles de millones de dólares de heroína, por medio de un túnel, que llegó a ser conocido como la Pizza Connection.
Lo que los estadounidenses no sabían en aquel momento era que cinco años antes un par de agentes del FBI, que operaban fuera de un agujero en la pared en Queens Boulevard habían tropezado con el camino que los condujo a la celda – y al piso de un italiano-americano al que se aplicó la ley de asociación, que finalmente destruyó la invencibilidad de la mafia en ambos lados del océano y construyó una robusta alianza que continúa hasta el día de hoy.
Ahora, en la aplicación de la ley los expertos se preguntan si hay lecciones que pueden aplicarse a la escalada de la crisis en México, donde cerca de 500 policías y soldados han muerto a manos de bandas de narcotraficantes en guerra desde 2006. ¿Hay algo en la forma en que los estadounidenses y los italianos trabajaron juntos que podrían aplicarse a una alianza con los mexicanos? Ciertamente está en el interés de los Estados Unidos buscar una alianza para detener el flujo de drogas, armas y la delincuencia a través de la frontera, al igual que la alianza italiana, que ayudó a detener el flujo a través del Atlántico. De hecho, el presidente Bush ha estado presionando al Congreso a aprobar los primeros $ 500 millones de dólares para apoyar una lucha contra el crimen en México. La semana pasada, los gobernadores fronterizos de América se reunieron en México con el presidente Felipe Calderón para obtener apoyo para el esfuerzo y centrar la atención en los señores de la droga.
Y por su parte, México, en lucha con un problema que parece ser más sangriento y más difícil cada semana que pasa, bien podría beneficiarse de los conocimientos y la experiencia de América en la aplicación de la ley. Pero los obstáculos son altos. “Trust” es la piedra angular de la colaboración americano italiana, y la confianza está en ganar, lo cual podría ser aún más difícil de lograr cerca de casa. Con la confianza construida, sin embargo, la colaboración italiana prosperó. Para empezar, los investigadores de ambas partes compartieron inteligencia. Los estadounidenses realizaron operaciones que la policía italiana carecía de autoridad legal para hacer en su propio país – comprando drogas, por ejemplo -, y realizaron escuchas y vigilancia electrónica. Tal vez lo más importante, los estadounidenses fueron capaces de mantener informantes en el Programa de Protección de Testigos.
De alguna manera, los mexicanos están por delante de los italianos cuando comenzó, dijo Pino Arlacchi, un sociólogo italiano y ex senador que concibió el arma más eficaz contra la mafia, la DIA, O Digresione Investigativa Antimafia. Incluso en la década de 1980, Arlacchi dijo que el gobierno italiano sabía poco sobre la Cosa Nostra. El enemigo de los mexicanos no es tan arraigado e impenetrable como la mafia siciliana lo fue, dijo Arlacchi, que sirvió en la década de 1990 como secretario general para la fiscalización de drogas de las NU. Por el contrario, dijo, los mexicanos se enfrentan a una fragmentada y suelta confederación fuertemente armada, sin los asesinatos de la mafia. Eso los hace más peligrosamente imprevisibles, sí, pero también, en teoría, más fácil de superar.
«Las cosas que estamos viendo hoy en México, las vimos como destellos en Italia» – el inicio de una cruzada – dijo Charlie Rooney, recordando los días en que él y su socio del FBI, Carmine Russo, desconcertados sobre el descarado asesinato de la familia Bonanno, el temible jefe Carmine Galante, en el patio trasero de un restaurante italiano en Brooklyn en 1979.
La pista ha dado lugar a un blanqueo de capitales en todo el mundo; un fugitivo siciliano jefe de jefes, Gaetano Badalamenti, en España; una de las mayores redes de traficantes de drogas cada vez expuestos, y el descubrimiento de la franquicia de la mafia siciliana en los Estados Unidos.
Se necesitaría de una paciencia similar en México, dijo Rooney, ahora investigador privado en Virginia. «Tienes que tener la voluntad de lucha e identificar a los que pueden trabajar con ellos.»
La última fue una tarea difícil, sobre todo cuando se trata de asociaciones en Italia, dijo Tom Sheer, que fue asistente del director del FBI en Nueva York, Rooney. Funcionarios italianos, con alguna razón, fueron objeto de una amplia desconfianza como corruptos. Y la F.B.I. no era conocida por su generosidad con los colegas, reconoció Sheer, ahora consultor de seguridad en la Florida. «Fuimos los captores», dijo. Los americanos son realmente difíciles socios, dijo Arlacchi, académico estudioso de la Mafia y, posteriormente, asesor del gobierno italiano. «Tomamos en consideración a los arrogantes americanos», recordó. «Ellos sólo
El resentimiento convertido en alarma, dijo Arlacchi, cuando los agentes comenzaron a funcionar en Italia, haciendo compras clandestinas de drogas – lo que estaba prohibido a la policía italiana -. En un momento dado, dijo, Giovanni Falcone, magistrado de investigación y campeón de la lucha contra la mafia, amenazó con detener a los americanos. Pero las relaciones se recompusieron con el Juez Falcone y su esposa, y tres guardaespaldas que fueron asesinados en el bombardeo de su caravana cerca de Palermo en mayo de 1992.
Semanas más tarde, su sucesor, Paolo Borsellino, fue volado. «Nos dijo que los americanos no tenían ninguna razón para no confiar en nosotros», dijo Arlacchi. «Fuimos arriesgando nuestras vidas.»
Italianos y americanos trabajaron de la mano, y el FBI protegía a los más valiosos jefes de la mafia siciliana. Tomaso Buscetta se convirtió en un testigo estrella en Nueva York. En México, una colaboración de este tipo, aunque menos rígida, ya existe, que es un buen comienzo. Los funcionarios mexicanos dicen que disfrutan de un más alto nivel de cooperación con el FBI. Al igual que los italianos, dicen, han creado nuevos instrumentos jurídicos en el modelo americano para apoderarse de los estatutos penales activos, y han pedido a los americanos ayuda para proteger a testigos esenciales y la extradición de los capos de la droga.
Y, al igual que los italianos que trataron de aislar a la policía de las represalia y la corrupción, los agentes de policía desde el norte, los mexicanos han sustituido a funcionarios locales con 27, 000 policías federales y 30000 soldados. Y ellos también han pagado un precio: el de 4, 402 muertes por la violencia desde finales de 2006; por lo menos 449 han sido oficiales y soldados, dice el procurador general mexicano, Eduardo Medina-Mora.
Algunos expertos, sin embargo, se preguntan si las dos naciones han abandonado sus sospechas de alcanzar la cohesión que alcanzaron Estados Unidos e Italia. Calderón ha sorteado las condiciones estadounidenses que vincular la ayuda a una mayor transparencia en los militares mexicanos en materia de derechos humanos.
Los americanos, a su vez, estiman que los mexicanos necesitan hacer más para controlar su demanda de drogas y el tráfico de armas a través de la frontera – las armas que están matando a sus oficiales de policía -. Algunos se preguntan también si México, luchando contra la pobreza, puede aportar los recursos movilizados por una nación más rica, como Italia.
La forma en que Medina-Mora lo v es que México no tiene otra opción. «Si no ganamos juntos», dijo, «vamos a perder juntos.»
Ralph Blumenthal, un reportero de The New York Times, es el autor de «Últimos Días de los sicilianos: El FBI de la Guerra contra la Mafia.»
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